El 31 de diciembre de 2016 finaliza la actual concesión de la gestión del suministro de agua a Mina, Aigües de Terrassa, que la ha llevado a cabo durante 70 años. El suministro de agua es un servicio básico y su gestión no es una cuestión baladí, si no que merece toda la atención y deliberación necesaria. El alcalde, Jordi Ballart, ha decidido que el futuro de la gestión se decidirá mediante consulta popular que, además, ya tiene fecha en el calendario: el 9N de 2015. Lo que no está tan claro serán las opciones que se presentarán en esa consulta, aunque dos de ellas -la municipalización del servicio o la concesión a una empresa privadaresulten evidentes. Se está elaborando un estudio para comprobar qué otras fórmulas mixtas, o combinadas, serían posibles y las ventajas y desventajas de cada uno de los sistemas.

La planificación sobre cómo dirimir el final de la concesión a Mina tiene además una incógnita aún más determinante. El actual mandato finaliza en mayo, cuando se convocarán elecciones municipales y la convocatoria, o no, de la consulta también dependerá de esos resultados. Con el anuncio de la voluntad de convocar esa consulta sobre cómo ha de ser la futura gestión del servicio de suministro de agua, Jordi Ballart avanza, en realidad, una de las propuestas de su programa electoral. Su actual socio de gobierno, Iniciativa per Catalunya-Verds, también coincide en la propuesta de la consulta, aunque parece tener mucho más claro que la mejor vía es municipalizar el servicio, en la misma línea que, en su día, ya se hizo con el de la recogida de basuras.
Si con la municipalización del servicio de limpieza viaria se intentaba corregir una experiencia y una gestión a todas luces nefasta por parte de la concesionaria-entonces también influyeron los problemas entre empresa y trabajadores-; en el debate sobre el servicio de suministro de agua no están tan claras las discrepancias con la gestión realizada hasta el momento por Mina, a excepción de algunos enfrentamientos por cuestión de precios, cómo para un replanteamiento tan radical del modelo. Finaliza la concesión y es evidente que hay que buscar una solución: la más beneficiosa para los ciudadanos; esperemos, en caso de consulta, saber que es lo que más nos conviene.

Font: Diari de Terrassa